Una novela salida de un volcán bajo la influencia de Dante y su Divina Comedia, paseando el mito de Diógenes a modo de interrogante por la plaza de la vida.
En esta sociedad del cochambroso mundo donde estamos cansados de ir con el candil de Diógenes, buscando sentido común y la mutilada razón de la democracia, Rumbo al mar blanco, de Malcolm Lowry (1909-1957) .Lucha al socaire de Dante y su Divina Comedia entre Paraíso, Purgatorio e Infierno. Sucesión de interpelaciones e incertidumbres ideológicas de su autor. Quien arrastra consigo toda su atormentada épica visión de la sociedad y la política de entreguerras, exponiendo lo que puede considerarse el final de su monumental trilogía iniciada con la deslumbrante obra de Bajo el volcán en 1944.
Aquí pues el mito de Diógenes cuando apareció en cierta ocasión en una plaza de Atenas, a plena luz del día, portando una lámpara de aceite mientras decía: «Busco a un hombre honesto” Ese que, como dice también la copla, se busca pero no se encuentra, luego la desesperación y la locura es posible en esta atormentada novela. Sostenida por el impacto mediático de ser noticia literaria su primera impresión en la lengua de Cervantes. Suerte de Dante es que no nació en Sabadell. “El mundo es viejo y sucio y está loco y tiene el miembro marchito entre las piernas”. Nos recuerda el propio autor.
Sus novelas de siempre han mantenido la vecindad del precipicio con un fuego sobrecogedor en 1944 cuando para respiro de los buenos lectores, salvó de un incendio Bajo el volcán, su más desbordante novela, aventura suicida que vuelve a repetirse con Rumbo al Mar blanco que se había perdido en otro fuego. Pero en parte no fue así. Una copia logró salvarse por no haber vivido esa tragedia del fuego sino el olvido de ella en casa de su suegra, en momentos de agitada situación mental y amorosa, siempre orquestada por el alcohol. Fue otra copia de Rumbo al Mar Blanco, la obra maestra que Malcolm Lowry que no pudo rescatar de las llamas. Y es el manuscrito salvado de la muerte literaria gracias a que su exmujer guardó dicha copia. Y ahora con una publicidad bien dirigida y óptica comercial de propagar una gran obra, ve la luz en España gracias a la aventura editorial de Malpaso. Y con ella se cierra en España de manera póstuma la trilogía que en vida anheló Lowry para emular a la Divina Comedia de Dante, con sus particulares infierno, purgatorio y cielo. En ella narra, siempre usándola como depósito para sus sentimientos –que es lo mismo que decir aflicciones–, la historia de dos hermanos noruegos, Sigbjorn y Tor, que, tras una juventud sembrada de diferencias, se reconcilian después de sufrir el barco de su padre un accidente que ahogaría muchas vidas.
Malcolm Lowry se adentró en el mundo fogoso de la aventura desafiando la cotidianidad partiendo de un compromiso insobornable con sus propias convicciones en 1931. Y Hasta su trágica muerte envuelta en el alcohol y los barbitúricos no abandonó sus criterios mirándose en el espejo transparente de los clásicos. “Tengo muy presente que Goethe dijo que la relación de un actor con su personaje puede ser una carrera con una sombra” El manuscrito original, que constaba de mil páginas y había llevado a Lowry nueve años de trabajo, se perdió en 1944 durante un incendio que destruyó su casa, una cabaña de playa cerca de Dollarton, en Columbia Británica, al norte de Vancouver.
Le persiguió el fuego toda su vida, interiormente el impulsor inquieto en la lucha por la vida, no en lo económico sino en la necesidad perenne de realizarse y en lo material de vivir la desesperación y la incertidumbre por salvar sus manuscritos. El alcohol fue veneno inseparable, pero no vale especular si su comportamiento natural hubiese sido lo contrario. Fue como la búsqueda de sus propias circunstancias nuca trivial, lo que le dieron forma, capacidad creativa y perennidad como gran escritor. Su vida fue continuamente un volcán en erupción, buscaba los problemas para su existencia como el consumir alcohol hasta los delirios repletos de sensaciones. Este Rumbo al mar blanco emerge de ese volcán suyo propio que siempre llevó consigo. Es una novela impresionante llena de reflexiones e interrogantes, sus monólogos son espléndidos capaces de prender a los propios demonios que alrededor acosan el inquietante ser o no ser de su drama que se sostiene gracias al fervor a los clásicos, muy especialmente a su adorado y necesitado Dante, seguido de una larga lista de grandes maestros como: Baudelaire, Rimbaud, Freud, Shelley, Dunsany, Séneca, Voltaire, etc.) . Sin embargo es necesario tener en cuenta que Rumbo al mar blanco, dado por perdido, que el texto no fue corregido y nunca podremos conocer la última decisión para ser publicado. Solo tenerlo en cuenta, escollo a salvar por el lector ante unas circunstancias que quedan en el aire. Creo, estoy seguro que esa hipotética corrección habría elevado su salida del volcán y a lo que se enfrentaba.
Francisco Vélez Nieto
Publicado en MUNDIARIO.
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