jueves, 14 de septiembre de 2017

NO APARECIÓ


Aquella noche no tenía sueño. Había tomado demasiado café. Puso la televisión pero solo había películas violentas y programas de chismes. Cogió al azar un libro de la estantería. Alguien se lo regaló el día de Reyes. Sin embargo solo leyó las primeras páginas. Quien le regaló aquel libro no lo conocía. Aquel tema no le interesaba. Él prefería la novela de acción o la histórica. Pensó que tal vez era el momento de escribir algo aunque no sabía si la inspiración le llegaría. Empezó a escribir pero no encontraba un tema interesante. Las palabras no fluían. Así que dejó la pluma. Fue al frigorífico y se echó una copa de tinto. Del armario sacó unas patatas fritas. Así comiendo y bebiendo esperaba que el sueño llegara. Cuando estaba a punto de dormirse sonó el móvil. Era un mensaje de su amigo Ernesto. Le invitaba a tomar unas copas en un tablao flamenco. Le mandaba el programa. Aunque no estaba muy animado decidió aceptar la invitación. Esperaba de esta manera llamar el sueño.
Cuando llegó al tablao no encontró a su amigo. Preguntó al camarero y éste no lo había visto. Pensó que estaría al llegar así que se sentó en una mesa y pidió un cuba libre de ron. El recital comenzó y su amigo no apareció. Cayó el segundo cubata, terminó el espectáculo y su amigo no vino. Miró el móvil y leyó de nuevo el mensaje. No se equivocó. Su amigo lo invitó aquella noche al tablao. Algo le había pasado para no acudir a la cita. Le mandó un mensaje. Esperó pero no hubo contestación. Ahora estaba seguro que a Ernesto le pasó algo. Volvió a casa preocupado. No dormiría hasta no saber que le pasó a su amigo. Estuvo toda la noche intentando localizar a Ernesto, sin resultado.
A las siete de la mañana se quedó dormido. Nadie supo decirle donde estaba Ernesto. A las nueve sonó el teléfono.

JOSÉ LUIS RUBIO

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