Creí que eras mi complemento
y yo el tuyo acunando sueños.
Largas noches, días lejanos
nos convirtieron en dos seres
que ansiaban ser escuchados.
Las caricias del viento
golpean el alma cansada.
El llanto se fue de los ojos fatigados
por el asombro mientras caen
las últimas hojas borrosas del diario de mi vida.
La libertad abrió sus puertas
demasiado tarde para saborearla...
Las mejores cosas duran un instante,
las amargas son eternas
oh, con mucha suerte algo pasajeras.
Se prepara el camino
por el cual transitaremos.
Nadie sabe a ciencia cierta
lo que el nos depara...
Tal vez sea una aventura oh, una hiriente travesía.
La tristeza siempre está presente,
a veces esquivamos sus finas puñaladas.
Con la frente en alto
y la mirada perdida en el tiempo
delata nuestra derrota por el cansancio.
Aquellas noches quedaron en el olvido,
si por esas cosas, tal vez las recordamos,
nos sobrecoge melancólica nostalgia
recordando momentos
donde los sueños nos mantenían vivos...
Alena Gaspar -ARGENTINA-
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