Estoy aquí, recuerda
que la vida es el vértice
donde una vez tú y yo nos encontramos,
que mi suelo se inclina hasta alcanzar tu suelo,
que te miro llegar desde otro ángulo,
como el niño que observa,
en la noche de Reyes,
la diagonal del sueño.
Recuerda que te creo cuando mientes
la curva de tu risa,
cuando apoyas el peso de las lágrimas
en la delgada línea de lo se ha perdido.
Recuerda que yo insisto en los vacíos
(tan llenos sin embargo)
de tu tiempo despacio;
la superficie ingrávida
de tu mundo en mi mundo.
Acuérdate de aquello que nunca podré darte,
porque sólo en la ausencia se refleja
la imagen de la estancia,
esa arista que roza con mi nombre tu nombre
y que sin darnos cuenta va creando,
geométrica y perfecta,
la figura de un Dios,
omnipresente,
sobre el cielo imposible de la supervivencia.
LUIS OROZ -Mallorca-
Publicado en Luz Cultural
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