Como roja y fragante flor, allí aguarda el amor,
solitario deshojando sus místicos pétalos, yace
silente en una lánguida esquina falto de un haz
de luna, de un rayo de sol, anhela ferviente un
ósculo, una caricia, una mirada con valor.
Sabio observador ve como van tomados de la
mano deseos, anhelos, pensamientos, estrellas
fugaces que se escapan sin razón y no logran
tocar fielmente la puerta del corazón.
Testigo es de quimeras y sueños, de desvelos
eternos por alcanzar la madurez, el color, forma
y motivo de níveas ideas, brillo y luz resplandece
en sus adormecidas eras, instantes de pasadas
glorias, tesoros por descubrir.
Apertura y libertad quiere brindar con generosidad,
abriendo sus mágicas puertas, a mostrar dispuestas.
Al alma sedienta de su letargo despierta, rescate del
tirano ancestral desierto, como libro abierto.
Del libro SUEÑOS DE AMOR de
M. Guadalupe Trejo -México-
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