LA TETA DE MAMÁ

Es el ave fingiendo cruzar de un cielo la inmensidad.
Despojos, disparates brotan a la mente del Escritor.
La simbología onírica es de Freud.
Dije País en crisis—y ya explotaron:--¡Era hora que
decidieras en política!
Y yo sólo extraño a la niña que jugó conmigo,
cuando niños.
Me despierta el alba, buscando la teta de Mamá.
Oh, exageración de la realidad. Me disculpo y río.
En mí el análisis desatina y soy evasión, negación.
Mi distancia jamás la mido y sin remordimientos vivo.
Ah, y el viejo café, que nos oyó negociar promesas
que no cumplimos.

Del libro TROCITOS DE ELLA EN MÍ de OMÍLCAR CRUZ RESTREPO -Colombia-