Agujas enarbolas
Anclas en la arena varada
Anatemas sin sentido
Arengas perdidas en tu piel
Aldabas que chocan asustando al inocente
Arietes rompiendo barreras
Acalorados ímpetus de perdición
Asciende el planear intrínseco
Acaece a dos palmos de la expiración
Alondras matutinas y señeras
Anidabas bajo el letargo de mi pecho rendido
Apotemas insoslayables se enhiestan
Atolondrada me tienen los cánticos silentes
Aposentos diminutos marcados por el regocijo
Alcobas preñadas de fogoso guerrear
Ascetas en un desierto de mar y arena
Arrinconados han dejado el valor, su decidir
Alado ser me aglutinas bajo las espadañas
Avaricia de telones multiformes
Aplausos de inmadurez, de ignara o ruda sutileza
Altiplanos rugiendo con brazos desnudos
Amantes, amistad, adhesión, afección, aprecio
Amor, amor, amor
Amor, recóndito amor que me subyugas y vences
Amor que me dilapidas entre bambalinas
Amor, quimera de mar en mis ojos
Amor, disipa mi amarga estancia en el limbo
Amor, juega a ser mayor, y destrúyeme en el ocaso
Amor, asiste mi sensible palpitar y sálvame del abismo
Amor, amor, amor, recóndito amor, refulge en mi pecho.
Santiago Pablo Romero -TRIGUERO-
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