Me piden que relate mis viajes
como si fuera un aventurero
de cualquier siglo pasado.
Ahora ya no viajo,
duermo todo el día
soy lustroso y luminoso,
mis márgenes llegan
hasta dónde dictan mis ocurrencias.
Soy pasado
y es que estamos hechos
de recuerdos líquidos.
Viví y bebí muchas aventuras,
un viaje con dos punkys
una semana de "Guille la nuit"
un amor en una esquina.
Creo en todo y creo en nada
y sé que empezar el nombre de los míos,
es lo que queda.
Soy un viajero de las palabras
y a veces soy ayer
y soy las deudas del futuro.
Me invento y me reinvento
mientras el río me lleva.
Las vidas son relatos
del maremagnum de los días,
ese es el viaje.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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