Brutal es el tumulto de voces yuxtapuestas,
la ciudad decreta una sintaxis árida en los días,
un pulso y una emoción, sobre la marcha de transeúntes
fortuitos entre almenares y tótems.
Y en las esquinas, donde un mundo anterior esconde sus secretos,
la pausa resucita muy brevemente lo lejano, lo alterno,
las hojas secas del norte, los ojos ávidos del sur,
pequeños resquicios y agobiantes sospechas,
de tentáculos largos y aguijones mínimos,
fortuitos también ellos
a la sombra del tótem y el almenar.
Francisco Larios -Nicaragua-
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