Negras rencillas profundas
perviven en nuestra tierra,
resecas sabias de guerra
de sienes poco fecundas.
Cuna de tristes cantares,
donde el aciago destino,
sembrado dejo el camino
de mártires sin altares.
Victimas de una incultura,
son las fratricidas manos,
que asesinaron hermanos
por defender... ¡Dictadura !
Duele esta patria adorada,
donde la simple opinión,
fue convertida en baldón
por tantos en la cabrada.
Hunden las áridas tierras
de barbarie unas raíces,
dejando las cicatrices
purulentas de las guerras.
Cambiemos los recorridos,
oyendo el clamor que zumba,
demos reposo en la tumba
esos cuerpos de vencidos.
Abramos nuevos caminos
de horizonte fraternal...
Y haremos del Neardental
un portento de vecinos.
José Salas -Barcelona-
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