miércoles, 28 de enero de 2015

LA NOCHE CUELGA CABEZA ABAJO


La noche cuelga
cabeza abajo de las farolas.
y sobre las cornisas,
se posan las águilas de la nieve
con sus garras de arenas.
batiendo con fuerza sus alas
y tapando con ellas los ojos
de aquéllos que miran desde el otro lado de un puente.
en donde el agua que fluye,
bajo su vientre es ceniza.
y las corrientes cristales de saliva seca.

La noche cuelga
cabeza abajo de las copas de los arboles.
Llevando a su cintura
una cuerda hecha con hilos de estrellas
desechas entre sus manos.
y de una luna cuya piel es espesa nivela,
adherida a los rostros de las estatuas.
como moscas que quieren escuchar
el palpitar oculto;
en el corazón de una rama.

La noche cuelga
cabeza abajo de los picos de las gaviotas.
como guirlandas negras
de los dedos de los muertos,
que sacan sus brazos por la ventana.
Y en la plaza de la calle sin nombre.
Hay un diván
donde se tumban los escritores
con lunas por ojos.
A contar sus palabras prohibidas
a los pétalos de las adelfas.
cuyos pistilos son cabezas de palomas.

La noche cuelga
cabeza abajo de los capos de los coches.
como gotas de aceite espeso,
que cae de la boca abierta
de los gatos moribundos tendidos
sobre las sienes de los insectos.
con sus vientres abiertos,
por el pico de una cigüeña de mármol.
y la espina de zarza disecada.

La noche cuelga
cabeza abajo como un torso de sirena
de lo alto de un acantilado.
que se deshace como un terrón de azúcar
entre los dedos.
O un ángel de níquel
que tiene sus alas cortadas,
con una hoja de cedro
afilada con el viento seco.
y que se desangra sobre los lagos artificiales,
en donde nadan las estrellas mutiladas
entre las corrientes eléctricas,
que suenan a latidos de farolas.

La noche
cuelga cabeza abajo de las cuerdas
que sujetan los corazones de los gorriones
y las espaldas de las jinetas.

La noche
cuelga cabeza abajo
como un acróbata en el trapecio
en busca de su compañero.
en salto de estrella mortal.
para poder ver de cerca la sonrisa de una campanilla
que duerme de pie,
como una diminuta piqueta en el suelo.
en cuyo polen,se poso un gallos...
que en vez de cantar.llora
cuando el cielo abrió su pecho de par en par,
y la noche se deja morir
cayendo al vació como un pelele de alquitrán
llevando una soga al cuello.
pues quería declarar su amor a la blanca novia
pero esta ya tenia dueño...
El ivierno.
Que la arranco de la tierra
para llevarla lejos.

Y sola quedo su noche,
suspendida del techo.
como una hoja otoñal que se balancea
apunto de caer al suelo.
Pues su corazón era una luna que se apago.
Cuando dejo de sentir,
aquel rozar de pétalos contra su pardo negro.

Debora Pol.

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