jueves, 1 de enero de 2015

ESOS DÍAS ENVEJECIDOS


Se fueron los días envejecidos,
ya no se ven andar como
antes, solo quedaron
las huellas de ellos.
Quedaron sus vestimentas
impregnadas de penas
y alegrías, colgando
de los techos.
Esos días ya no volverán,
se marcharon para
siempre, ahora son
invisibles, viven sin que
nadie los pueda ver.
Dejaron sus memorias,
todas, se quedaron
amontonadas
en el viento.
Esos días envejecidos
se marcharon antes
de que les llegara
la muerte, sus
tumbas están todas
vacías.
Sopla la brisa, ellas también
se van alejando
de nosotros.
En lo más lejos, observo
acercarse a esas
caravanas de los días
nuevos.
En la espera, observo callado,
que nace la esperanza
y los nuevos sueños.

Herman Pilier Báez 

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