Oye como gime el firmamento.
Forcejeando con tus noches sin estrellas
enviando brisa hasta un arpegio
que te rodea y da la vuelta.
El halo se desprende de tu alma
por el camino hecho ofrenda.
Es el “Don” inexplorado, lleno de dudas
insolentes, siempre impuestas
siempre ajenas.
¿Por qué vía me llegó la hora
de saber que tú provocas el sonido?
Un compás de mensajero de los dioses
al que me humillo desafiando temeraria,
cuantas leyes cierren puertas
a la luz que te adjudico.
Mayte Andrade -Benicarló - Castellón-
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