Me despego de la cama
primero un brazo
luego el otro,
las piernas
la espalda
al final, la cabeza.
Las sábanas me siguen a lo largo de la mañana,
las rozo contra los árboles,
contra las paredes,
el silencio las arrastra,
se me agarran del cuello
me acompañan un trecho.
Soy de poco dormir
ellas hacen su función,
mientras pueden.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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