viernes, 16 de enero de 2015

CAMARADERÍA


Cayó el cielo entonces,
aquel cielo plúmbeo, insostenible.....
tomaba café y coñac,
ignorando a mis arterias.
Fue un golpe seco,
imperceptible, turbulencias televisadas,
y apenas mezclé mis líquidos,
surgieron ayes tras la cristalera
desbordando mi vaso hasta la gota.
Sobre el silencio posterior,
recuperé la amistad de tres diablos
(chamuscados, quebradas cornamentas)
que, optando por el empalagoso anís,
al cabo brindamos jaleando subsuelos.

MANUEL JESÚS GONZÁLEZ CARRASCO -Madrid-

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