Con mis silencios te amo
acariciándote en sueños,
con mis letras te hablo
ya que callo cuando nos vemos,
porque solo contemplo
la suavidad de tu cuerpo
invado tus sentimientos
para ser tu dulce recuerdo.
Deseo ser el lucero
que yace firme y sereno,
que no muere, que es eterno
en la noche y tu cielo.
Y al final de cada encuentro
cuando el alba nos ataca
comprendas cuanto te quiero
¡cuánto me haces falta!
Tejeré nuevas poesías
que rodeen tus pensamientos,
eres mi musa, mi luz, mi alegría
eres mi prosa, mis sonetos.
Ramón Pablo Ayala (Argentina)
No hay comentarios:
Publicar un comentario