domingo, 4 de enero de 2015

AHORA


Ahora
bajo este árbol centenario
que riega con su sombra mi sosiego,
vislumbro la noche oscura de los tiempos
y las estrellas del mañana
tililan jugando entre sus ramas.

Cantos foscos de estrígidas rapaces
marcan el ritmo de las sombras,
brisas mágicas que atrapan sueños
y siembran por los campos la cadencia
de la embrujada noche,
paz interior y vuelo al cosmos infinito
para danzar en el universo de la fantasía,
esencia de un todo y rechazo de la nada
que eleva al ser humano
a la categoría de un dios menor
atrapado en la ignominia de espíritus malignos
que gestionan los avatares de este mundo
y frustran el vuelo prodigioso
de un Ícaro quimérico
buscando liberarse de la prisión cretense
que atrapa su desolada alma.

Mas solo queda
el vuelo fantasioso de la mente,
el libre pensamiento,
la huída del dogma sofocante,
el grito estridente
a la par que sosegado
que te hace diferente.

La luna, vestida de plata,
me presta su traje de luz y de sombra
y me da su mano
para huir con ella por la Vía Láctea.

Que grande es el cosmos,
que chica la nada si miras al cielo
al polvo de estrellas que da cuerpo al alma,
arriba está el todo, abajo la nada,
los odios, las muertes,
con sus viles armas
que matan la savia que da la palabra.

Mas cuando despierto de mi fantasía
me vuelvo a esa nada,
a este mundo injusto
donde siempre acaba ganando la banca
donde el ser humano sufre desolado
penando sus faltas.

Solo queda el verso junto a la palabra
que dé viento al vuelo que buscan tus alas
para hacerte fuerte y libre mañana.

Antonio Porras -Málaga-

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