Me hierve la sangre,
soy el baremo de la santa inquisición
y a veces,
la faz del hombre invisible.
Soy el secreto del insomnio
y a veces,
canto boca abajo
con voz de pez abisal.
Soy montañas
y soy cordilleras
y a veces,
una aguja en una ceja
del hombre de arena.
Soy un elfo en un espejo,
y soy la fortaleza de la náusea.
Soy una ola gigantesca
en mi lastrado corazón.
Y soy un grano de sal
en la boca de un leproso.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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