El barrendero al final de su jornada desembocó por primera vez a la mitad de una calle muy inclinada por donde había pasado un desfile y se preguntó si comenzaría a barrer de arriba para abajo o de abajo para arriba. El barrendero había quedado impresionado al ver que la calle estaba repleta de basura. Tanta como si la calle en sí fuera un basurero. El desfile había sido el del carnaval. Entonces
tuvo muy clara su decisión. Caminó hasta la parte superior de la calle.Con sus manos levantó el pavimento, empezó a enrollarlo hacia abajo como si fuese una alfombra, lo cargó en uno de sus hombros y lo depositó en el carro de la basura.
Del libro La vida en obra de
JOSÉ VÍCTOR MARTÍNEZ GIL -México-
Publicado en Los Cuadernos de las Gaviotas
No hay comentarios:
Publicar un comentario