La mariposa voló
y se posó sobre la seda
que mariposas tenía
estampadas en ella.
Quiso arrancarlas de allí
para que juntas huyeran...
no pudo hacerlo y entonces,
regresó al pasado
pisando sus propias huellas.
Esa oruga pálida y lenta
como la muerte que acecha
eterna como en la tela
que el viento hacia el cielo
despliega...
Y en crisálida
nuevamente se transformó
para que alguien tejiera,
mantos multicolores
con mariposas bellas.
Ramón Pablo Ayala (Argentina)
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