domingo, 28 de diciembre de 2014

EL JURAMENTO


Miré las montañas,
la nieve cubría con un manto
inmaculado toda su grandeza,
comprendí que en esa pureza que veía,
no existía: la maldad,
la villanía, el rencor,
todo lo humano que conocía,
allí era todo amor, paz, silencio,
era la soledad muy amada y no temida.
era el sol de la luz glacial,
los primeros rayos de él se veían,
y comprendí su gran amor
por los grandes logros
para la humanidad misma.

Vi enormes praderas,
la inmensidad de los valles,
el frescor de las cascadas de agua,
todo me embriagaba
en un éxtasis completo
con la naturaleza misma,
la vida y la muerte
el día y la noche,
nada existía,
solo la voz del silencio,
y con ella me cubría.

Me acerqué a una fuente
y en sus aguas vi oro,
alquimia pura,
mas algo tiró de mi
y me sacó de mi mundo,
comprendí que era mi alma,
que cogiéndome de mis alas
me llevaba a mi patria,
a mis ancestros,
vi la totalidad de mi especie
luchando en las batallas,
y los hermanos de la luz
que ya me esperaban.

Entré en el dolmen,
sabía de su llamada
desde hace tiempo,
más mi personalidad me lo negaba,
sentí la responsabilidad
como una fuerte llama,
y entré en el templo
como la diosa Ceres,
con un ramo de espigas
en mi pecho.
y a mi paso venían todos alegres,
yo iba asustada y con mucho respeto,
más eran los nuevos tiempos
y tendría que acostumbrarme,
¡oh Cronos¡
ten paciencia conmigo,
soy rebelde, lo siento,
más, si me das libertad plena,
te obedeceré siempre,
sólo así seré tuya
así, te acepto.

…Y el fuego ardía en el templo,
doce guerreros vinieron
a darme todos sus respetos,
iban con hábitos negros,
en su mano derecha portaban
la antorcha con el fuego,
y yo que soy el número trece
me fui en paz con ellos,
había hecho ya el juramento.
“obediencia plena,
a mis amados maestros”

...Y el aire olía a incienso,
a rosas, a jazmines,
a todo lo que era lo bello,
a sentimientos profundos,
a dulces amores,
a la eternidad misma,
"la unión con el universo"

FRAN TRO

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