Solo amor la consolaba,
lo mismo en el mar salao,
con ilusión lo soñaba
ante el cielo más nublao.
Ella acaramelada de noche y día,
enbrujá por besar fiel, al poeta
y también en sus noches de agonía
ser estrella, aunque un cielo negro le reta.
Sumerge en la noche lágrimas del día...
del sol venía:
¡ Ay, mi niña soñadora,
mi soñadora bonita,
es la princesa que adora
por encanto a su ranita!
Le va escribiendo y cantando
navegando en su velero,
mientras tanto va anotando
en estrellas su "Te quiero"
¡Amor debe de ser,
soñar la boca perfecta,
por no poderla tener!
María Sirena Matri Mar -ESPAÑA-
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