Cuéntame una de tus parábolas
llenas de alegría para que vuelva
a sonreír y a creer en la humanidad.
Posiblemente solo el sonido de tu voz
ya serena mi espíritu atribulado
y la sonrisa retorne a mis labios.
Siempre sabías como mantener
la atención de los que te escuchaban
con el tono medido de tu voz.
Te oían en completo silencio
sin perderse ninguna de tus palabras
que era una luz para sus sufridas vidas.
Yo como ellos necesito oírte
para dar un sentido a mi vida
y creer de nuevo en los sueños.
Háblame desde el árbol del camino,
desde el hielo que cubre la montaña,
desde la luna que ilumina la oscuridad.
Envíame tu mensaje de esperanza
desde tu cruz de tosca madera
porque necesito creer en alguien.
Porque si no creo me iré muriendo
sin morir y mi vida será un infierno
donde lentamente me iré consumiendo.
Pero yo quiero creer en ti,
con tu amor liberarme
y amar como tú amaste.
JOSÉ LUIS RUBIO
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