Caía a tarde lentamente
en esta grisácea y melancólica hora
el verdor de la primavera
se opaco con los últimos
tres días de lluvia.
El sol oculto tras las nubes
no se deja ver en este ocaso
que tristemente se pierde
entre los reverdecidos árboles
que dan hacia el oeste.
Una tenue luz agónica
se desvanece en el cielo
crespón umbrío y difuso
del crepúsculo apagado
que irá surgiendo despacio.
Atardecer sumiso y pálido
se va perdiendo
entre las penumbras
del gris plomizo de las nubes
que dejarán la noche en sombra.
Otro día más termina
entre silencios y soledad
quizás algún pajarillo trine
o alguna lechuza a lo lejos
emita su canto nocturno
anunciando la noche sin luna.
Diana Chedel -Argentina-
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