martes, 23 de septiembre de 2014

TOTALMENTE SOLO


Tus ojos me hablaron
aquella noche de tormenta
tranquilizando mi mente asustada.

La luz del rayo iluminó
el oscuro salón dando vida
a las sillas y a las figuras de cerámica.

Después siguió el ruido del trueno
que sobresaltó a los pájaros
que dormían en el viejo limonero.

Entre todo este ruido tus ojos,
tus ojos negros hablándome seguían
y tu mensaje no entendía.

Fuera la lluvia caía con fuerza,
con mucha fuerza, anegando las calles,
inundando los garajes.

Y tus ojos negros no callaban
porque necesitabas gritar
y huir de tu terrible soledad.

Todo quedó a oscuras
tras un nuevo rayo
que fundió las farolas.

Ahora ya no siento tus ojos negros,
al fin enmudecieron
y me dejaron totalmente solo.

JOSÉ LUIS RUBIO

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