Caminito sereno y oculto en el silencio,
apareado de sombras de romance
y de misterio, arropado de la flora
de la adolescente primavera...
De pasos diminutos y serenos
te soñé adornado
de arco iris y lluvia iluminado
de una luna serpenteando entre las sombras
doradas dunas de melancolía y plata...
Los pasos de la niña hacia el cañal
eran la miel del viento y el sendero,
la vereda del siguamper y el zacate de limón,
el cedro y el cortés en flor,
y aquel primer beso
en mi boca de la niña, con sabor a melón...
Desde mi sueño en el vuelo del recuerdo
he vuelto a tu sombra senderito, a mudar
antiguas huellas,
a mojarme del rocío de su boca,
acariciando la seda de aquellas manos
con temblor y temor...
Despertar es volver a la rutina del olvido
donde mis pasos se pierden
al dejar la huella de la noche
donde ha quedado junto a su vera la ilusión
de volar a un nuevo sueño
donde pueda volver
a caminar el senderito de aquel primer amor...
Ricardo Flores Joya -El Salvador-
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