Entre las aguas calmas
navegas en tu sueño eterno
llevando contigo la espada
que cercenó a tu padre.
Sumida en la demencia
de amar al que la empuñó
y mató a tu progenitor
te hundiste en la negra muerte
que te arrastró fervorosa
poco a poco hacia su morada
entonando canciones de locura
y de amor hacia la nada.
Tu espíritu voló
como una paloma blanca
seducida por la inconsciencia
de una doncella enamorada.
Y ya en tu sueño profundo
oh dulce Ofelia
tu amado príncipe Hamlet
te lleve al paraíso.
Donde todo se olvida
donde todo es amor
donde las almas se juntan
donde solo hay perdón.
Diana Chedel -Argentina-
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