Me rompes el momento que enamora,
porque tu rostro bravo está de duelo
con la mirada fija sobre el suelo
mientras la luna canta seductora.
Te reclamo atención que mi alma llora,
pero tú sigues terco por mi vuelo;
solo son alas frágiles de cielo,
belleza que en mi mente se valora.
Ya me cansé pegada a tu letargo
aunque seré tan fiel y bondadosa,
sacrificada cruel por ser amargo.
Nací del néctar dulce de una rosa
y con amor sagrado como encargo.
¡Yo necesito amar y arder dichosa!
María Sirena Matrí Mar -ESPAÑA-
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