Junto a ti
frente al silencio
he descubierto plegarias
que desvelan tus manos
hacia el cielo.
He seguido su vuelo
en alas de mi insomnio
descubriéndose el néctar
que ilumina, que desnuda
la fragancia del incienso, de las nubes,
del azar que destila la luz
que ilumina el rostro de la tierra.
Sin ti el escolástico milagro
de la lluvia no encontraría semilla
que de tu cuerpo brota
que de tu harina suda el pan
y el fruto del otoño
potable de tu piel que se enamora...
Ay de ti, amor,
por ti el otoño
que vuela latitudes de sequía
que desvanece la humedad
de tus labios que enternecen
y se entregan con la lluvia
y la semilla,
que abortó la primavera.
No sé si de nieves o de arena,
si de polvo del sendero
que pisaron tus huellas,
ha quedado esta tristeza
que ha conmovido el cielo
y ha traficado con la savia
de los tiempos
nuestras huellas del sendero
en la roca del destino...
Te siento aquí, callada,
sin pronunciar palabra,
meditabunda y triste...
y frente a ti mi soledad,
la soledad de los tiempos
persiguiendo el vuelo
de la plegaria de tus manos.
Inconclusa queda la poesía
cuando solo queda tu recuerdo...
Ricardo Flores Joya -El Salvador-
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