Mágico pan que alimenta los sentidos,
las catacumbas se llenan de globos y flores,
la música invade los rincones y.
en el aire,
flota el espíritu de la risa.
Somos el fantasma del payaso, del mágico ser
que no conoció mujer,
del desconocimiento bíblico,
de la vana historia de raptos,
de mundanas incontinencias.
Pérfido lugar de andrajos y pisadas,
los calabozos del pensamiento y de la lucha,
la codicia de ser el único en la tierra,
el único en el alma,
incluso,
en las miserias.
Fantasmales risas envuelven el evento y,
en el palpitar de un “tachán”,
se cumplirán los deseos de las nubes
y las plantas serán cubiertas de polvo y paja,
navegarán los deseos entre montañas,
al compás de un error,
al compás de un
no mañana...
Julio García del Río
No hay comentarios:
Publicar un comentario