martes, 2 de septiembre de 2014

GUÁRDAME EN LA PUPILA DE TUS OJOS


Guárdame en la pupila de tus ojos
hasta que me disuelva como lágrima,
hasta que mis entrañas sean cera
en los enamorados ardores de verano.
Escóndeme en la sombra de tus cejas
bajo los párpados de tu sepulcro,
para que no me canten los pájaros traidores
en las humedecidas guaridas del invierno.
Da a mi nombre refugio de manzano,
porque en tu paladar sepa sabroso
y huela a fresca fruta de tu aliento.
Al final, entre tu vientre de trigo
me tumbaré a contar tus latidos
y a contemplar la danza de tu pecho
que me alivian la espera de que expiren mis días.
porque mi piel está plantada de olivares
y el silencio abacial de este paisaje,
que transmuta la luz desde Granada
en este amanecer de lluvia y rezo,
ha empapado mi voz y mi garganta
como el aceite empapa el pan y el corazón, un beso.

MANUEL GUERRERO CABRRERA
Publicado en la revista Saigón 22

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