martes, 2 de septiembre de 2014
GUADALQUIVIR
“Al despedirse de la Andalucía
sintió el sabor salado de la muerte…
Guadalquivir mi corazón se llama.”
ANTONIO GALA
Abrí mis brazos y se convirtieron en calles de agua por donde
transita la sangre de geniles y guadairas. Mi corazón se hizo más
ancho mientras atravesaba pinedas, olivares y campiñas,
perforando el pecho de Andújar, Córdoba y Sevilla con la
profundidad del cante de la minas.
Volví la vista de siglos y contemplé al instante cómo mi fecundidad
fue patria de reyes tartessos y de legiones romanas. -Yo soy el agua
del islam y la fe del bautismo-, musité con la calma de quien se
abandona, por amor, a su destino.
Con el sabor de las marismas adiviné la fértil voz de los hijos de la
Andalucía y, al fin, presintiendo la eternidad, me adentré en las
aguas de un mar que me abrazaba.
Volví la vista por última vez antes de entregarme a la letanía de las
olas, mientras el océano preguntaba por mi nombre: Guadalquivir
mi corazón se llama.
José Sarria
Publicado en la revista Sur 2
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