Entre los verdes céspedes
del cementerio del pueblo
al lado de pinos enhiestos
y flores silvestres.
Entre lápidas antiguas
cubiertas de musgo
de epitafios largos
de nombres y números.
Allí reluciente
se erguía entre todas
aquella de mármol
blanca refulgente.
Fuiste un noble
de gran linaje
codeándote con las
mejores familias citadinas.
Me juraste amor
me dijiste te amo
y con un poema
me pediste mi mano.
Pero no estaba
a la altura tuya
todo un señor
de capa y galera
y yo una pobre damisela
que vendía rosas
del camposanto
en su plazoleta.
Y en una noche
después de amarme
me dejaste sola
sin decirme nada.
Y al poco tiempo
te encontré en la calle
del brazo de otra
vestida de dama.
Pero oh cruel destino
o quizás fue venganza
porque feneciste la noche
en que te casabas.
Rosas negras te dejo
sobre tu tumba blanca
de mármol níveo
y con una leyenda:
"Aquí yace un hombre
de raza y estirpe
que encontró la muerte
al doblar la esquina"
Rosas negras te dejo
burgués caballero
encima del blanquecino mármol
porque tú yaces dentro.
Rosas blancas he elegido
para mí este día
porque llevo adentro
un niño que es vida.
Diana Chedel -Argentina-
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