martes, 29 de abril de 2014

DOS MENSAJES


Aquella noche de luna llena
me llegaron dos mensajes
que al principio no entendí
porque no los esperaba.
Uno lo leí en tus ojos.
El otro lo ocultaba la luna.
Eran mensajes antagónicos
que se atraían intensamente.
El de tus ojos era un amor
apasionado que hechizaba.
El de la luna un odio
ilimitado y destructor.
Aquella noche me quedé
con el mensaje de tus ojos
y quedé hechizado para siempre
enredado en tu amor apasionado.
No me he arrepentido de elegir
el mensaje que tus ojos comunicaban
porque desde entonces el amor
derrotó a la diosa soledad.
Ahora el mensaje está en mis ojos,
en mis manos, en mi cuerpo,
esperando que otros lo lean
y queden hechizados eternamente.

JOSÉ LUIS RUBIO

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