Llegó abril y el frondoso castaño
imponente entre los árboles
también quiere hacerse notar,
igual que el ciruelo, el manzano
que pequeños se ven a su lado
el fruto comenzó a entregar.
No solo ha servido de sombra
de sitio para los muchos nidos
de bulliciosas avecillas cantoras,
también floreció en primavera
guardó semillas en cofres de espinas
generoso las entrega ahora.
Uno a uno va soltando el fruto
esparcido va quedando
sobre la cubierta del suelo,
recuerdo papá siempre decía
¡Chiquillos a recoger castañas!
que son un regalo del cielo.
Las ramas del tupido follaje
en círculos parecen danzar
cuando ávido las sopla el viento,
¿Quién sabe? sin hablar
esta diciendo a los demás árboles
estoy como ustedes contento.
Desnudo quedará en otoño
mientras yo abrigo mi cuerpo
que carga pesados años;
barreré tus hojas muertas
tributo al fruto que has dado
gigante, frondoso castaño.
Moisés Castro Parra -Chile-
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