Son como mil manos
menudas. Como mil manos,
la vida entre los dedos
y una danza vieja
sobre los pies desnudos.
Imagen que te abandona
porque no es tuya. Has querido
robarla, venirte con ella
desde la inexistencia.
Resbala, blanda,
inexpresiva, espíritu muerto
abandonado
a las sensibilidades.
Del libro El silencio se estremece de
ANTONIO ABDO
Publicado en la revista Los Cuentos de las Gaviotas
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