El recuerdo incrustado en mi mente
de un paseo por una calle nevada:
un niño a cada una de mis manos,
en sus caras dibujadas sonrisas,
y mi corazón acelerado por la felicidad.
En medio de una ciudad desconocida
me sentía como un mago sin corona
repartiendo el amor y la igualdad.
Y yo pensaba: Esto es Navidad.
Después alzaba mi mirada al cielo,
las luces de colores brillaban
formando horizonte de estrellas
y hacían mas hermosas las calles.
Recordaba mi ciudad, mi plaza,
los villancicos sonando sin parar
y la gente comprando y riendo.
Mientras los niños corren a mi alrededor,
yo pensaba: Esto es Navidad.
Gritos que se convierten en canciones,
saltos y vueltas,
juegos y volteretas en la nieve,
dulces, polvorones y miel.
Sonrisas que se comparten
entre la tarde y la frialdad.
Así me imagino aquel pesebre
donde una burra y un buey
dan calor a un niño, Rey de la humanidad.
Y yo pensaba: Esto es Navidad.
María Sánchez -San Fernando-
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