Entre mis cachivaches tengo escondido,
un micrófono viejo que no hace ruido.
Hay veces que murmuro y otras que grito,
pero él no escucha nunca lo que repito.
¡Ay! Si supieras cuánto mi voz te oculta…
El micrófono roto tiene la culpa.
Porque se guarda el eco de mis palabras,
y las tose hacia dentro sin expresarlas.
Del libro Cachivaches de
JULIE SOPETRÁN
Publicado en el blog eltiempohabitado
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