sábado, 22 de diciembre de 2012

POESÍA 6


Tu voz se columpia
entre las espigas dobladas por el viento,
tu sonrisa se esconde tras cada rayo del alba,
tu silencio reposa sereno en el lago callado,
donde destellos luminosos
juguetean en su superficie ondulante, plateada,
colmada de tu luz y de tus caricias,
que seducen al paso del tiempo,
maravilloso y enternecedor contigo,
donde los sueños no acaban
y se prolongan conocedores de su eterna existencia
por la acción de tu amor.
Me mojas con tus besos,
mientras me hundo en ti
y me impregno del silencio de tu fondo,
empapándome con tu aliento...
llenándome de estrellas,
que reposan en la paz de tus aguas serenas y profundas,
atraídas por tu calma.
Me elevo con tu equilibrio
hacia la bóveda celeste,
donde me mezclo con los ángeles y las hadas,
en un sendero de belleza
hacia tu corazón leal.
Les susurro tu nombre a los seres alados,
que me envuelven de un manto de energía transmutadora,
que me guía hacia un cielo envolvente,
de mimos y de ternura,
y aterrizo en nubes de algodón,
en un paseo multicolor
donde al final del camino
entro en unidad con tu alma.
Lloro por ser tan feliz,
por alimentarme de tus momentos mágicos,
en los cuales tu encanto contagia su belleza a mis días,
cuando el arco iris se posa sobre tus ojos
y se deja seducir hasta que tu mirada lo engulle.
Me envías gotas de lluvia
que  me hacen vibrar,
mientras empequeñecen y se cuelan
por cada poro de mi piel
y me nutren,
me llegan profundo,
en dirección a lo más íntimo de mi ser,
al cual ennobleces con tu sabiduría.
Y me alzo ligera,
y me caigo dormida en ti cada noche.

María Jesús Verdú Sacases
Publicado en el blog mjesusverdu.com

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