lunes, 17 de diciembre de 2012

NACIMIENTO


En ese segundo alcanzó a confirmar que el amor sí nacía como le habían dicho. Sus ojos se encontraron con los de la mujer hermosa y menuda. Se contemplaron y luego ambos sonrieron. El flechazo de cupido se instaló en su pecho. Sin pensarlo ―porque el amor es así―, se fue caminado hacia ella. Se veía tan linda con su falda de flores y los libros abrazados, que el corazón se le quería salir. Su brazo, su cabeza, todo su ser palpitaba. Ya cerca sintió desfallecer. La muerte llegó a la misma hora ―porque la muerte también es así―.


TATIK CARRIÓN. -Chía, Cundinamarca-
Publicado en la revista Los 27 del 85


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