El ogro tiene mucha hambre. Ha cazado al cazador, pero no se lo come de inmediato porque el ogro ha aprendido de refinamientos. Decide prepararse una “delicatessen”. Invierte tiempo en ahogar al cazador. Le gusta la carne cruda reahogada.
Del libro Cuentos del ogro de
FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES
Publicado en la revista Cuadernos de las Gaviotas
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