En la silenciosa noche, con el alba,
una gran pena comenzó a sonar,
la brisa de la noche, suave y dulcemente,
trajo su voz hasta aquí.
En amargo pesar y dolor
mi corazón se deshizo,
y con mis lágrimas
todas las flores pude regar.
La hermosa luna se pondrá,
pues por el dolor no quiere alumbrar,
y las estrellas cesarán de brillar,
para llorar conmigo.
Ni trinos de pájaros ni alegres sonidos
se oyen en el aire,
entre rocas y desfiladeros
hasta las bestias salvajes gimen su pesar.
Johannes Brahms (Hamburgo, 7 de mayo de 1833 - Viena, 3 de abril de 1897)
Publicado en la revista Poesía del mondongo
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