Es ahí donde se me ocurren las mejores ideas, quizá porque me froto la cabeza (con champú). Pero escribir ahí está lleno de inconvenientes, pues el agua borra la tinta y destruye el papel, así que es como si no escribiera nada. Me compré un cincel para grabar en la pared mis pensamientos de forma permanente, pero la comunidad de vecinos está furiosa conmigo por mi desmesurado consumo de agua y los golpes constantes.
Gabriel Noguera
Publicado en el blog caramelitos
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