Se me olvidó su rostro
¡Cuánto lloré!
Lo busqué infinitamente por las huellas del recuerdo
Lo llamé, lo lloré, lo confundí con otros rostros
Era lo único que me quedaba de ella, su rostro, y se me borró
¡Cuánto la echaba de menos!
No había fotos, ni olores, ni caricias
Deseé morir y encontrarla
Publicado por
MARÍA JOSÉ BERBEIRA RUBIO (Castelldefels) en su blog dondehabitaelolvido-airama
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