Cartas amarillas…
Cartas que un día
cantaron al amor,
a la vida, a la ilusión,
cantaron al futuro, a la libertad….
y hoy reposan mudas en un triste cajón…
Cartas que expresaron
todo aquello que amamos…
Todo aquello por lo que luchamos
y hoy están amarillas…
Amarillas, casi sin tinta...
Desnudas de color.
Las cojo…
Y como hojas secas
caen despacio, volando por el aire…
¡Cuántos renglones escritos,
en mi memoria se quedan
abriendo caricias y besos
con el fuego de tus manos…!
¡No quiero que caigan en el olvido!
Busco entre ellas
“Mil te quiero… Mil caricias”…(*)
Ese suspiro que dice: “te amo”…
Aquel corazón con flechas que dibujamos…
y aquellos besos de enamorados.
Cartas que me vuelven a hacer soñar…
Me traen el pasado,
guardan ramilletes de recuerdos
que cruzan la senda del silencio
de dos amantes que soñaban
con un nuevo amanecer.
Y mientras… mis mejillas se mojan
con la brisa del deseo
y el despertar de tus besos
rodeando mi cuerpo.
La lluvia golpea fuertemente
sobre el cristal,
se detiene un momento,
ha dejado de llorar…
Mi mirada,
está perdida en el horizonte,
camino por la playa
donde conviven los sueños.
Vi tus pasos grabados en la arena
Y segui tus huellas
cansada, perdida…
Allí quedé.
Ahora mil estrellas fugaces
se escapan delante de mis ojos.
Mi noche llegó…
Busco tu mirada
en el murmullo del viento
y no la encuentro.
La primavera se estrena
platónica de ilusión
y el aire me trae
la brisa de lejanos veranos…
En mi sueño
sigo buscando tu mirada…
Al fin desperté…
Los latidos del corazón
sonaban vacíos en mi alma.
La mañana suspira.
¡Qué tristeza!
Quiero gritar de alegría
pero mi sonrisa se enreda
entre sábanas y recuerdos.
¡Te llamo!
He gritado tu nombre
Entre “Mil recuerdos y Mil caricias…”
Y el viento se lleva mi voz…
Silencio.
Sé que habrá otro mañana
donde amanecerá de nuevo,
donde el tiempo se hará primavera ,
donde tu luz me guíe
para regresar a la realidad.
Nuevamente te sentiré junto a mí,
y…veré la luz de nuevo.
Sentiré el calor de tus manos,
mi corazón latirá ..
Abriré mis alas al viento.
Con ilusión se abrirá
un nuevo alba en mi vida.
Los recuerdos quedarán
en estas cartas amarillas…
y el sueño de que vuelvas algún día.
Siempre te espero, amor,
Nunca te olvido.
María Sánchez -San Fernando-
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