Quiero dormir. Ante los Dioses del Sueo, postrada, imploro. Éste es tu sueo, me responden furiosos. Entonces, quiero despertar. Caminarás, me ordenan, por un largo pasillo. Hallarás dos puertas. Una de ellas guarda tu despertar. La otra, la más monótona de las pesadillas, que es la muerte. Debes abrir una: el azar o tu ingenio pueden favorecerte. Camino por un largo pasillo hasta alejarme de los Dioses del Sueo. Veo dos puertas. Junto a ellas, inmóvil, espero. Creado por Dioses tan poderosos como los del sueo, tarde o temprano sonará el despertador.
Del libro Ani de
Ana Marúa Shua -Argentina-
Publicado en la revista Ficciones Argentinas
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