“Si algo tiene que ocurrir, ocurrirá por mucho que intentemos evitarlo.” Máxima china.
Nataly camina pensativa bajo la lluvia, recorre las calles sin rumbo fijo, sin un orden establecido como si todo su cuerpo y su mente se hubiesen alojado en una profunda anarquía. Llueve con una intensidad suave como si la lluvia hubiera decidido acariciar el campo y la ciudad, acariciar el cuerpo de los pocos que se atreven a salir en días como este.
Nataly camina pensativa, al menos eso cree el hombre que la observa debajo del alero del edificio donde se aloja la biblioteca municipal. No es la primera vez que él la ve pasar con su aire de despreocupación y que aparentemente muestra la más absoluta de las indiferencias.
-Los jóvenes de hoy en día- le dice Ernesto al conserje de la biblioteca-, parecen haber perdido el rumbo, Ramón.
-Sí, eso parece Ernesto- responde el funcionario dando una calada a su cigarro.
-Esa chica lleva pasando meses por aquí, llueva, nieve o haga un frío de pelarse, ella parece no ser afectada por esas trivialidades.
-Ernesto, piensas demasiado, quizá la piba va a follar con su amante o por su aire distraído ya viene de hacerlo y va casi levitando, yo diría que esa joven está bien follada- argumenta Ramón que a pesar de trabajar en la biblioteca ha leído pocos o ningún libro en su vida.
-Eso será- se resigna Ernesto ocultando las emociones que siente cuando Nataly pasa cada mañana a la misma hora hacia ninguna parte o quizá hacia todas las partes de su mente bajo la lluvia.
SALVADOR MORENO VALENCIA
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