Huir como si en la huida se encontrara la salida.
Huir, huir, quizás no es la solución,
quizás tampoco es no hacerlo, huir, huir del conformismo.
Huir, huir de la sensación de ser cobarde,
hacia adelante, hacia adelante
como se dirige al cementerio el elefante.
Huir, huir en silencio para no ser oído ni visto,
huir, huir por la puerta trasera
hastiado de las puñaladas de misericordia de los hombres
enajenados, cegados por el falso arcano.
Huir, huir, entregando las margaritas a los cerdos.
Del Cuaderno de la huida de
Salvador Moreno Valencia
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