lunes, 25 de junio de 2012

ME INCLINO


Me inclino ante ti y turbado,
no necesito cabalgar junto a tus caderas
porque bebo
de tu aliento
de tus gemidos,
y mi lengua recorre tu cálido monte,
tus cicatrices,
y la suculenta flor de tu pubis.

Y de tu botón florecen los gritos
como si mil mariposas succionaran tu sed.

Y tus pechos hambrientos surgen
de entre mis labios
y tus labios
sueñan con romper el hambre
mi hambre
y tus ojos cerrados lamen mis heridas.

Al final somos uno
gritando en el bosque de tu vientre.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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