Mastectomía (I)Siempre me vi simétrica, completa,
Venus de Milo sin los martillazos
del tiempo erradicándome los brazos,
feliz de mi perfil, mi silueta.
Mas hoy tiembla mi estatua, se me agrieta,
y una parte de mí cae en pedazos.
Siento fragor lejano de portazos,
prófugos ojos, rostros de careta.
No es ya lo que otros ven, es la simiente
que comienza a arraigárseme en la mente,
y por la red del alma se propaga.
Toda yo, certidumbre, luz y fuego,
voy deviniendo sombra helada, y luego
mi triple candelabro se me apaga.
Mastectomía (II)Ya no acierto a mirarme en el espejo;
me delata mi súbita mirada.
Tantas preguntas sin respuesta, y nada
me aclara el otro yo de mi reflejo.
Mi mundo, antes tan simple, es tan complejo…
Me acaricia el cansancio; la alborada
lleva una mueca triste, y en mi almohada
soy yo quien llueve… Pero no me quejo.
Vivir implica riesgos, desafíos.
Lo aceptemos o no, son labrantíos
que, sin haber sembrado, cosechamos.
¿No llevan tantos a su espalda pesos
que tal vez quebrarían nuestros huesos?
Sufrimos, alma, pero caminamos.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Angeles-
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